Las cosas de la Santa empiezan por poco, y presto se ve uno enredado en tantas cosas, que no sabe por dónde salirse o escapar de estas redes y enredos santos. ¡Bendito enredos y benditas redes! ¡Ojalá, oh gran Teresa, todo el mundo caiga en ellas para no salir ya más, sino para engolfarse en el peligro insondable del divino y eterno amor!
Equipo Motor de IDEO